Resultado de las medidas contra las externalidades negativas


A pesar de todos los esfuerzos realizados para reducir estas externalidades negativas, en la mayor parte de las ocasiones proyectos que nunca han pasado de eso, todavía queda mucho por hacer.



Por otro lado, el impacto de la crisis ha hecho que la protección del medio ambiente haya pasado a ser un asunto secundario, algo que ha caído en el baúl de los recuerdos frente a la necesidad de salvar el sistema financiero, algo tan ridículo como si por el hecho de salvar nuestro coche nos olvidásemos de comer o respirar.

Las medidas que se han adoptado hasta ahora son necesarias pero insuficientes, mientras las grandes potencias industriales del mundo no adopten una posición clara por defender el medio ambiente todas esas medidas serán inútiles.

Por último especificar que todas las externalidades de las que hemos estado tratando tienen un coste económico muy elevado. Ya que para poder reducirlas es necesario que cada empresa adopte unos estudios sobre impacto medioambiental, que supondrá la contratación de una empresa especializada en ello y el acondicionamiento de las instalaciones a las nuevas necesidades requeridas por los expertos en la materia. Para muchas empresas más vinculadas a la protección del medio ambiente, esto puede ser posible, sin embargo aún sigue habiendo un número elevado de empresas que no se acogen a estas series de medidas para poder reducir su impacto, ya que como se ha venido indicando supone un gasto muy elevado, y realmente en algunos casos no se genera más productividad. Otro lado, la gente en la sociedad se va concienciando de la importancia que supone cuidar de nuestro medio ambiente, no solo para esta generación sino, también, para las futuras.
Existen de todas formas, en la actualidad se están editando guías dedicadas a la actividad empresarial, como la Guía CERO CO2, destinada a que las empresas conozcan y puedan neutralizar las emisiones de gases contaminantes que generan, reduciendo así los efectos del cambio climático.


http://www.accionatura.org/pdf/esp/guia_ZeroCO2.pdf

Protocolo de Kioto

A nivel internacional el intento de proteger el medio ambiente más destacable es el protocolo de Kioto.


El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático es un acuerdo internacional que trata de  reducir las emisiones de seis gases que causan el calentamiento global:
-          Dióxido de carbono (CO2)
-          Gas metano (CH4)
-          Óxido nitroso (N2O)
-          Hidrofluorocarbonos (HFC)
-          Perfluorocarbonos (PFC)
-          Hexafluoruro de azufre (SF6)
En un porcentaje aproximado de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990.

El 11 de diciembre de 1997 los países industrializados se comprometieron en la ciudad de Kioto a llevar a cabo una serie de medidas para reducir las emisiones de los gases que estaban provocando el llamado efecto invernadero.
El acuerdo entró en vigor el 16 de febrero de 2005 tras la ratificación por parte de Rusia el 18 de noviembre de 2004.



El principal objetivo es reducir el cambio climático que es la base del efecto invernadero. Hay que tener en cuenta que el protocolo de Kioto no se refiere a la energía nuclear pero es una de las fuentes de energía que los estados están empleando para sustituir a las energías más contaminantes.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) fue adoptada en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y entró en vigor el 21 de marzo de 1994. Permite, entre otras cosas, reforzar la conciencia pública, a escala mundial, de los problemas relacionados con el cambio climático.

http://unfccc.int/portal_espanol/items/3093.php

El gobierno de Estados Unidos firmó el acuerdo pero no lo ratificó (ni Bill Clinton, ni George W. Bush), por lo que su adhesión sólo fue simbólica hasta el año 2001 en el cual el gobierno de Bush se retiró del protocolo. Bush consideró que el protocolo de Kioto era perjudicial para EEUU porque crearía un largo periodo de desempleo y de destrucción económica al reducir las emisiones a niveles por debajo de 1990.



En diciembre de 2007, en Bali, Indonesia, se llevó a cabo la tercera reunión de seguimiento, así como la 13ª cumbre del clima, para tratar las cuestiones posteriores al año 2012. Se llegó a un acuerdo sobre un proceso de dos años, u “hoja de ruta de Bali”, que tuvo como objetivo establecer un régimen post 2012 en la XV Conferencia sobre Cambio Climático, de diciembre de 2009, en Copenhague, Dinamarca. Y en la Conferencia 16 en Cancún, México, fecha del 29 de Noviembre al 10 de Diciembre del 2010.
Esa "hoja de ruta" se complementa con el Plan de Acción de Bali, que identifica cuatro elementos clave: mitigación, adaptación, finanzas y tecnología. El Plan también contiene una lista no exhaustiva de cuestiones que deberán ser consideradas en cada una de estas áreas y pide el tratamiento de “una visión compartida para la cooperación a largo plazo”.
En la conferencia de Cancún destaca la  petición de la ONU que reclama una actuación urgente de los estados para reducir las emisiones.

"Es urgente porque los más pobres necesitan asistencia previsible y suficiente para hacer frente a un problema que ellos no causaron", señaló en la inauguración de la COP16 la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC).

http://www.google.com/hostednews/epa/article/ALeqM5jLuUGNIX8mZJFSi9Z4MEpVkrd-4Q?docId=1416339

Otros tipos de contaminación


Un problema que en la actualidad está en boca de todos es ¿qué ocurre con las bolsas de plástico?

Muchos centros comerciales en la actualidad están llevando a cabo campañas para reducir la utilización de las bolsas de plástico. Para ello proponen la utilización de bolsas de tela, carritos de la compra o incluso de papel. U otra medida es ponerlas un precio, así la gente las consumiría menos. Por ejemplo los datos de un estudio han publicado que por ejemplo en Cataluña, una Comunidad de unos siete millones de habitantes consumen un total de once millones de bolsas de plástico, y lo más alarmante es que es un dato semanal. Por lo que al año genera un total de 600 millones de bolsas. Si esta cifra se explota al resto del mundo la cifra es desorbitante. 

El problema resulta de la difícil degradación de éstas y la contaminación que llega  a producir en nuestro entorno (suelo, aguas, aire, etc.). Además su obtención resulta muy contaminante  ya que están hechas de polietileno, material obtenido a base de petróleo.

Reducir, reciclar, reutilizar… (las tres erres), estas palabras son la clave. Reutilizar bolsas de plástico es posible, reciclarlas en parte también (contenedor amarillo) y reducirlas en origen también, si conseguimos que dejen de ser necesarias, y por tanto no se fabriquen. No resultaría difícil acabar con este problema si existe voluntad para ello.
 
 
 

Impacto social


Una de estas externalidades negativas a las que hemos aludido la encontramos en el impacto que está provocando la industrialización y la explotación del medio en muchos pueblos indígenas, destruyendo el medio en el que viven, debido a la deforestación, la contaminación, etc. Quizá uno de los ejemplos más claros lo podemos ver en el siguiente video referido al pueblo Dongria Kondh que habita en la India. Viven en las colinas de Niyamgiri, en el estado de Orissa, y veneran una montaña como a un dios.
Mientras Vedanta Resources, una empresa con sede en Londres, se prepara para destruir sus bosques y su montaña sagrada con el fin de construir una enorme mina a cielo abierto


Otro ejemplo lo encontramos en esta noticia sobre la desaparición de pueblos amazónicos en Perú y Brasil como consecuencia de la tala de madera.





Contaminación del aire


Otro de los problemas que afectan al medio ambiente es la contaminación atmosférica. Por contaminación atmosférica entendemos, cualquier condición atmosférica en la que ciertas sustancias alcanzan concentraciones elevadas sobre su nivel ambiental normal como para producir un efecto mesurable en el hombre, en animales y vegetales. Cualquier sustancia puede ser contaminante siempre que pueda ser arrastrada por el aire.



La atmósfera es esencial para la vida por lo que sus alteraciones tienen una gran repercusión para el hombre y otros seres vivos y en general para todo el planeta. Una atmósfera contaminada puede dañar la salud de las personas y afectar a la vida de las plantas y animales, pero además los cambios que se producen en la composición química de la atmósfera pueden cambiar el clima, destruir el ozono y producir lluvia ácida. Estos serían fenómenos de gran importancia global. Se entiende la urgencia de conocer estos procesos y conocer las medidas necesarias para que no se produzcan estas situaciones. Se ha comprobado que zonas con grandes industrias la lluvia es más ácida que lo normal y además esas partículas secas y ácidas se depositan en la superficie. Estas partículas ya no ayudarían a la tierra y los seres vivos sino que traerá una decadencia de estos.

El efecto invernadero se produce por la disminución de la capa de ozono, es el principal responsable de evitar la penetración de la radiación solar. Los gases que lo provocan como el CO2 están aumentando, y provoca grandes cambios en el clima mundial haciéndolo más impredecibles, sufriendo alteraciones en las temperaturas nacionales, incremento de la desertificación, descongelación de los casquetes polares causando inundaciones por incrementar el nivel del mar. El efecto invernadero es producido de manera natural y artificial por la industrialización.





http://www.gapminder.org/


Las acciones que cada uno podemos tomar es concienciación y educación. Usar productos renovables y ecológicos. Eliminar los productos como los aerosoles y otros que producen un efecto más elevado de estos problemas. Además de una  medida que también podemos tomar con cierta habitualidad y es usar el transporte público en detrimento de un transporte privado como puede ser el automóvil.

Deforestación


Lo primero de todo es dar una definición que nos aclare qué entendemos por deforestación. Esto es el proceso de desaparición de masas forestales (bosques), fundamentalmente causada por la actividad humana, principalmente debido a las talas realizadas por la industria maderera, así como para la obtención de suelo para cultivos agrícolas. Aunque generalmente se identifica como un problema de los bosques tropicales, la tala ilegal también se da en países desarrollados y economías de transición.

Podemos destacar como consecuencias de la deforestación que provoca que los organismos que allí viven tengan que emigrar hacia otro lugar o la desaparición de éstas. Con ésta desaparición se pierden además  recursos que podríamos aprovechar de los bosques, como por ejemplo vegetales comestibles o sustancias para la medicina o la industria química.

También una importante consecuencia es la influencia que tiene sobre el clima. El bosque, tropical, nos otorga un gran beneficio ya que es un gran almacén de dióxido de carbono, pero por desgracia el 30% de las acumulaciones de CO2 de la atmósfera pertenece a la quema de bosques tropicales. Es difícil la estimación cuantitativa de los efectos que pueden tener en la temperatura, la circulación y las precipitaciones las grandes modificaciones de los ecosistemas terrestres. La cantidad de humedad en la atmósfera de la Amazonía occidental es mayor que próximo a la costa, por lo que se puede deducir que hay una humificación del aire conforme éste se adentra en el bosque, causado por la emisión de vapor de agua por la vegetación. Se sabe que, por ejemplo, los pastizales no tendrían en absoluto los mismos niveles de evapotranspiración.

Aunque en el 2001 la deforestación del Amazonas llegó a niveles record ya que gracias a los estudios de una revista se obtiene que el 0,56% de la selva tropical amazónica fue talada en el 2000. Con tal de atajar el problema, el ministro de Medio Ambiente brasileño anunció la introducción de un sistema de licencias para la tala de árboles, mediante el cual se autorizaría sólo a los propietarios de estas licencias a recoger leña. Las últimas noticias de este mes de diciembre nos deparan buenos augurios, ya que la Amazonia brasileña perdió 6.450 kilómetros cuadrados de bosques entre agosto de 2009 y julio de 2010, lo que supone una caída de la deforestación del 14 por ciento frente al año anterior y representa la cuota más baja desde hace 22 años.






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